Lo que fue de mí a los 40

Bueno, ya pasó el añó del cumplir el "terrible cuatro cero" y obviamente no pasó lo que alguna vez soñé que ocurriría. Como esta es una bitácora personal y con escasos lectores me atrevo a confesar lo inconfesable.

Cuando escribí esa bendita columna de "qué será de mí a los cuarenta" tenía unos cuantos años menos, mi mujer aún vivía y estábamos separados así es que mis líneas era todo despecho, como dicen los gringos era "hablar por la herida abierta", en fin; mi valoración de las mujeres estaba influida por el resentimiento y la imagen de mujeres con "corazón de bujía"

Han pasado seis años, mucha agua bajo el puente: reconciliación, una hija más (ya son tres), la muerte de mi mujer, una nueva vida de Kramer chilensis y esa eterna lección de "no te quejes que puede ser peor". Hoy por hoy la vida es buena y llena de cariño; las muecas de tensión y las lágrimas las pusé yo con mi endémico desorden de gastos, pero es mi vida "no es un infierno, tampoco es un edén" cantaba un señor con marcado acento galo cuando yo era niño.

A veces, con un par de cervezas me pongo hablador y respondo preguntas capciosas de por qué no me busco otra pareja, con frases güeonas como ¿quién va a querer un cuarentón con tres crías? A lo que una apoderada, tan "malhablada" como yo me respondió ¡mejor pu' ya teníh la pega hechita!. Huelgan los comentarios.

Así la vida, confrontando mi hoy con las líneas de aquella malhadada columna, resulta que no tengo una 4x4 para subir mujeres de alto octanaje; tampoco me fui de caminante a escribir el mundo (un cordel con un metro de cobardía y tres metros de realidad me dejaron atado en Arica) Ahora tengo los pies medianamente puestos en la arena, aunque es difícil quitarle lo soñador a un huaso pobre sin apellido de prosapia. Dicen que la estirpe, aunque sea simulada, provee de una distinción que impide reconocer siquiera los "pecados de juventud", pero ese es problema de otros. A mí me estorban las mentiras piadosas y otras no tanto que exige la formalidad, pero me estorban más las gentes que se pierden la vida manteniendo las apariencias; prefiero vivirme la vida de un "suácate"

Me gusta la intensidad que han tomado mis pasos y reconozco que me desvié un buen rato en este blog, por darle gusto a mis colegas que si bien leen los garabatos que pongo, lo hacen sólo cuando se los recuerdo y queman demasiado rápido las ideas; más bien necesitan sólo la última hoja del diario (esa del horóscopo, los chistes, el pronóstico del tiempo, las defunciones y el resultado de los juegos de azar).

Vayan, entonces, mis disculpas para mí mismo y para algún trascendente que lea estas "gracias" de huerfanito con ínfulas de escritor.

Comentarios

Anónimo dijo…
WOU... HA PASADO TIEMPO DESDE QUE CONVERSABAMOS QUE OCURRIRIA A TUS 40.... SIEMPRE ME HA GUSTADO LEER LO QUE ESCRIBES, Y PUEDO OLER EN TUS PALABRAS EL QUERER DESAPARECER DE TODO ESTO EN LO QUE ESTAS MAS QUE SUMERGIDO.....
APRENDO CONTIGO
BESOS
KARITO

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