REVANCHA EN TACNA

"EN UN LUGAR DE CALANA DE CUYO NOMBRE NO QUIERO ACORDARME, NO HA MUCHO QUE TUVIMOS UN ENCUENTRO CON LOS COLEGAS PERUANOS..."

El encuentro prometía. Julio Veliz, el nunca bien ponderado Sub Director de Circulación Terrestre de Tacna, nos confirmó días antes que el encuentro era con piscina y en cancha de pasto. También habría natación para gorditos. Esa última parte me interesó de sobremanera y luego de hacer la acostumbrada vaca (que generalmente llega por cesárea) nos largamos a buscar un regalo para los anfitriones.

Dimos con un blend de Pinot Noir y Cabernet Sauvignon, embotellado por la Viña Undurraga que estaba "de mascarlo". Con el contrabando bajo los asientos enfilamos hacia el Norte, luego de esperar 1 hora al "ostadio" que llegó quejándose porque era muy temprano. Pero en fin, logramos salir de Arica y nos quedamos empozados en el trámite aduanero de Santa Rosa otra horita.

Después de varias salteñas, raspadillas y de hojear íntegramente un Diario Tacneño por fin retomamos camino hacia la aventura. La histórica ciudad nos esperaba con sus arcos monumentales, su arquitectura de un siglo, sus ferias de bereberes y nuestros colegas del MTC (favor de no traducir porque hay damas leyendo el blog)

Gracias a un par de guías tacneños llegamos al restaurante campestre Don José (ese mismo) mientras el portero se hacía famoso mojando los neumáticos de la COMBI que nos llevó y a la que se le pegaron las balatas. Nosotros estiramos las piernas y el esófago con la esperanza de llenarlo con "una chelita" porque con lo demorado del viaje comenzamos a comprender a los beduinos que recorren el Sahara a lomo de camello.

El local es bueno, tiene un gran comedor con escenario para eventos, jardines bien cuidados, una jaula con pavos reales, una piscina bien cuidada con otro comedor a la sombra.

A nosotros nos hicieron pasar hasta el fondo junto a las canchas, tal vez pensaron "estos chilenos en el fondo son buena gente" y ahí nos instalaron.

Una pareja de veedores FIFA, recorrieron el campo de juego para verificar si su estado era conforme al reglamento...



Ahí estábamos esperando a los anfitriones con una sed de legionario...



Éramos: el equipo de "fulbito" con sus correspondientes galletas, el combinado femenino listo para el voleyball que nunca fue y yo, el solitario jugador de cubilete que esperaba contrincante.

Luego de otras esperas llegó Eduardo, barco insignia de la armada de Fiscalización. El acorazado en cuestión nos recibió con la simpatía y el cariño que lo caracterizan. Con él, gracias al cielo, llegaron las carnes, las chelas y una garrafa de pisco.

"No te mueras nunca, Eduardo"

Luego de unas vueltas, la piscina fue lo mejor para aplacar el calor. El agua estaba perfecta.

Y "se acabó la vaina, carajo; llegó el que manda", apareció Julio Véliz con una bandeja de sus legendarias "conchas negras" y los que estábamos ,mujeres y hombres, nos peleamos las cucharas, los tenedores y hasta las mismas conchas para disfrutar de ese "manjar para dioses" Si hasta el juguito fue motivo de tirones, de sonajera de vasos "Déjame un poquito" era la frase del momento. Las colegas de Tacna, las ñoras de los jugadores, nosotros y hasta los que no les gustaban los mariscos probaron ese prodigio de Tumbes.




Allí aprovechamos de escondernos de los zancudos (jerjeles en idioma ariqueño). Parece que la globalización y la buena convivencia de las dos ciudades hermanas, son sentimientos que aún no conocen estos bichos, porque nos dieron "como bombo en fiesta". Hasta sospecho que como en las películas gringas, estos insectos son un experimento genético secreto de algún gobierno de los tiempos de la "guerra fría" porque para definirlos en dos palabras eran GOLOSOS Y MUTANTES. A pesar de la crema, del champú y de cuanta "mierda" nos pusimos en la piel, igual nos hicieron "bolsa".

Pero fuimos valientes y "hombrecitos" pa nuestras cosas, nos agüantamos hasta el final cuando ya no quedó más que alcohol en nuestras venas.

Con el arribo de Julio "el mero mero", se puso orden a la cosa y comenzaron el partido.

Todo era sol, "la cagó el care`gallo", y los esforzados jugadores se mandaron 20 minutos por lado. Tiene que gustarles mucho la pelota pa tanto sacrificio. Digo tienen porque esa güeá no me gusta para nada, pero sí acompaño, me instalo junto a la cancha, me siento al lado de las chelas y acompaño; mientras más chelas, más acompaño.
¡Qué solidario soy!





Creo que perdimos, 2 a 5. Digo creo porque entre chela y chela, entre tertulia y tertulia que sostuve con nuestros amigos de Tacna mientras se desarrollaba el partido; perdí la cuenta. Si hasta el árbitro se puso a jugar en el segundo tiempo. Yo cacho poco de fútbol pero creo que los viejos pusieron la experiencia (mejor dicho la resistencia) y los jóvenes la destreza. Así las cosas, salieron pa la historia del campo de juego.




Los equipos y las barras, como ya es característico de nuestra amistad, fueron una sóla desde el principio hasta el fin del encuentro.



El partido de voley femenino se suspendió por falta de jugadoras y por exceso de pisco sour. En cuanto al cubilete, como yo llevaba mis nobles cachos muy bien puestos fuime a "competir" con el "acorazado" Eduardo que a esas alturas ya era "lalo" a secas, más bien a tripas mojadas, en cerveza, en pisco sour y en un macerado de aguardiente con raíces de "anda a saber tú qué" traído de la selva. A la competencia se unieron un pata del MTC que es hijo de chileno, el oscarito que invitó hasta al jardinero a compartir un trago, el Rodrigo Pérez (gran valor del balonpié que dejó todo en la cancha, menos la sed) y mi sobrino que al parecer no lo hizo tan mal porque todos le invitaban algún "copete".

Fuimos desde el clásico cubilete, pasando por la tortuga hasta el burdél y ahí nos quedamos tomando todos en el burdelito. Hay que ver cómo llevamos el ánimo de güeveo en la sangre, aunque seamos de distintos países.

Después de varias pruebas del asado de cordero que preparó nuestro amigo el "pequeño Juan", los dueños de casa se pusieron serios y nos mandaron a almorzar. A esas alturas no entendía poké me cuchaban ma l siyo taba blablando tan bie, bien. Salud

De hecho creo que van a poner mi foto en el Diccionario de Chilenismos, al lado de la expresión "arriba de la pelota".

Luego el copete siguió corriendo, como diría Jorge Yañez "el vino había corrido como para bañar yeguas" y la cerveza, y el pisco sour, etc.

Hasta que nos vinimos, en calidad de "cebolla en escabeche"





NÓTESE EL PULSO DEL FOTÓGRAFO EN LAS SIGUIENTES TOMAS, ¡NO! tomas no, mejor fíjense en las fotos:

La cabeza de Octavio...


El brazo del mismo...


El Pedro y su sobrino...


Pero después de tanto jolgorio, el cuerpo se cansa. Porque nadie es de fierro, como decía mi abuelita...

Así quedó el Pedro al llegar a su casa.



La foto fue tomada sin consentimiento del "no muy bello durmiente", por mi hija mayor, que a veces pitutea como corresponsal del goma ilustrado.

Salud y hasta mañana...

Comentarios

Anónimo dijo…
PEDRITO
siempre tan graciosas tus historias... me gusto, tiempo sin ver tu rostro... te mando besitos
y un mail... revisalo

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