Van a estrenar La Rebelión de los Bastones y yo no puedo encontrar mi nariz

No soy tan güeón; a Silvio se le perdió un unicornio y al Pepe Antártico un elefante...

Hace muchos años, cuando empecé a dejarme la barba, no recuerdo de donde llegó a mis manos una especie de estudio psicológico que explicaba que usar el bigote implicaba levantar una barrera entre la boca que representa nuestra mente y la nariz que se asocia con nuestros sentimientos.No sé si el autor de aquella nota tendría algún "título habilitante" para decirlo, pero lo cierto es que siento que mis acciones de los últimos años obedecen a la razón y a una aséptica oquedad en aquel cerebro primitivo que se ocupaba del sentir.

Con ese diagnóstico de pobreza humana a cuestas y el desparpajo de los técnicos que se dicen profesionales, abordo la artesanía de pegar palabras en estas páginas en blanco y reconozco una febril obsesión por hallar un poco de genio, un pedacito de magia entre tanta cotidianidad.

Los limpiadores de autos se persiguen por un balde plástico hasta que el raptor abandona la presa en la acera y es castigado con el golpe amistoso de lo que parece ser una pelota de papel "por el espinazo". La vida transcurre sin sonidos a través de la ventana; podría imaginarme varios diálogos de aquella escena lejana. Trece motoqueros pasan bajo el morro en su acostumbrada y muy chilensis "fila india", tal vez los gringos se "tomen la carretera" pero los nuestros dan muestras de una educación "formalista" adquirida desde la primera infancia.

Una camioneta de la PDI ingresa al estacionamiento frente al "histórico peñón" y recuerdo las buenas vibras que me produce la película "La rebelión de los bastones": Como tengo la odiosa manía de llegar temprano a la pega, una mañana encontré un señor esperando que abriéramos la oficina para pedir que autorizaramos un cierre de calle, pero no de cualquier calle -de la ruta A 5 o Panamericana Sur- entre el cruce a Cerro Sombrero y la Cárcel de Acha, justo antes del ingreso a nuestra querida "ciudad de la eterna quejadera".

El señor cortésmente me da una completa explicación de que estaban filmando esta película, su trama y el sabroso resumen de que en esa parte, un grupo de "respetables" (gente de la tercera edad para los mediáticos) se habría dateado de que cierto camión traía viagra y deciden asaltarlo en la panamericana. La sola mención de este detalle gatilló en mi delirante sesera la inquisidora misión de descartar el uso telenovelesco de "lugares comunes", como si los años del buen cine chileno de los sesentas se hubiera desmantelado sin dejar ninguna huella en los actuales cineastas, que parecen necesitar aprenderlo todo del extranjero y me consuela concluir que aquella ingeniosa escena es además de original, una idea que ha pasado por la mente de muchos, lo cual de alguna manera la universaliza y le confiere un porotito de arte a la filmación.

Esta simple sospecha de creatividad, me hace esperar con curiosidad infantil el estreno de la película.

Unos días después el mismo señor regresa y no resisto preguntarle, aunque su trámite no sea de mi área, cómo va la filmación y ahí vino la mejor parte; con la misma caballerosidad de antes me comenta una anécdota de aquella escena del cierre de la panamericana:

La grabación resultó bien hecha en una sola toma y en menos del tiempo esperado, por lo cual la patrulla de Carabineros que detenía el tránsito, terminada la toma se retiró del lugar. En ese instante con las cámaras instaladas y algunos actores aún con sus pasamontañas puestos, no se percataron que por la pista contraría circulaba una camioneta de la PDI que giró en "u" hasta donde ellos estaban y se bajaron los policías pistolas en mano para detenerlos. Luego las explicaciones de rigor y las risotadas nerviosas pusieron broche de oro a la "escenita". Ahora espero que al final de la cinta, como en las películas de Jakie Chan, vengan este y otros chascarros de la filmación.

Para algunos esto debe ser de una fomedad absoluta, no obstante para otros estos instantes preciosos valen por unos cientos de otros instantes de aburrida existencia.

Mañana se estrena en el Teatro Municipal "La Rebelión de los Bastones" y espero poder alcanzar una ubicación para verla...



el goma ilustrado

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