De vez en cuando la vida...

...parece un chiste cruel.

Con un poco de obsesión melancólica paso mis horas entre papeles y la casa, confiriéndole a esta última, por antonomasia la titánica labor de ser el lago de quietud que amansa mis arrebatos, dolores y el cansancio.

Hasta ese rincón llego entre buscando y forzando la paz perdida. Me despedí hace tiempo de los noticieros por el cansancio que provocaba su pragmatismo de supermercado y la competencia asquerosa por vender más tragedias.

Sin muchos escapes, me volqué a las películas, ojalá con finales felices; con buenos ganandole a los malos para identificarme. Como si uno fuera siempre bueno o tal vez el único bueno contra tantos malos.

"Vinieron los sarracenos
y nos molieron a palos,
porque dios ayuda a los malos
cuando son más que los buenos"

Y con esta carrera olímpica de la filosofía barata sin impulso, llegué tan lejos como el niñito que se escapó de la casa, pero daba vueltas a la manzana porque sus padres no lo dejaban cruzar la calle.

el goma ilustrado

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