La lluvia y las mujeres

No, no existe una hilación lógica; es sólo que son las dos cosas que ocupaban mi mente al despertar...

Precisamente porque una garúa de madrugada humedeció las casa del NE de la ciudad, sin embargo las calles cercanas a la playa y al puerto lucían respetables charcos. El Morro destacaba en sus escarpadas laderas un contraste de color pocas veces visto. Una mezcla de limpieza y volumen, le confirieron la sensación de sólido y compacto.

Así junto a un Morro más robusto que el día anterior, incólume ante un sorpresivo giro climático, las calles aparecieron encharcadas y las ramadas de cholguan, madera y raschell escurriendo el paso de varios dieciochos en el cuerpo. Al menos cuando comiencen a funcionar las ramadas tendrán un "suave olor a limpio" con el favor de la garúa.

Res

Comentarios

Entradas populares