I Feel good, luego de un largo olvido

La grata noticia de un comentario sobre uno de mis "simples comentarios" (el de votar por el loco badulli) trajo la calma a mi correr delirante, a esa fiebre de "desaforado" en los cojones, según García Márquez.

Luego de meses sin escribir, como si con ello lograra mimetizar entre tanta "poca cosa" mis trazas de iconoclasta y de güeón intelectualoide. Retomo el blog como un pescador que se mete de espaldas al mar, luego de una larga convalescencia. De siglos en ausencia de contar, en la automutilación de las ideas, sin un beso de la mar.

He vuelto, para asumir esta fiebre que vomita caracteres; esta vocación de inútil que no sabe ni llegar a fin mes.

Ya no están los sinvergüenzas del pituto, el acomodo y el fraude al fisco. No obstante, los intocables (esos negociantes de lo secreto) siguen jugando Monopolio con nuestra querida "ciudad de la eterna quejadera" y ya no nos quedan redentores. Los que no murieron, se fueron y los que se quedaron están demasiado "encalillados" con el sistema, para "meterse en güeás por el Gaete"

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