Declaración de malas intenciones...


“...la verdad está allá afuera...”


La frasecita es de la tele, claro (cada uno de nosotros fue acompañado desde niño y malcriado por una tele, así es que no es raro que muchos de nuestros recuerdos sean de aquella cajita).
Pero lo cierto es que pensaba en la verdad como una película que transcurre fuera de nuestros mundos individuales de pega, casa, comida y todo lo demás. ¿Cuántas veces nos encontramos en la calle con un problema ajeno?, desde padres que golpean a un niño que no para de llorar hasta accidentes de tránsito. Personalmente recuerdo una tarde, hace poco, cuando una señora caminaba llorando hasta que alguien le preguntó si le podía ayudar en algo y estalló en gritos, detuvo los autos, empezó a golpear con las manos sobre el capó de un colectivo y a pedir que la mataran; la historia es larga, luego la ayudó la gente que pasaba, llegaron los carabineros y la ambulancia. Sin embargo de ese momento me quedan recuerdos: primero que los que se acercaron a la señora fueron una lola de un local de internet y la señora que barría la calle, a pesar de que a esa hora el centro está lleno de ejecutivos(as) y paseantes, ninguno ayudó, sólo miraron como si fuera una broma mechona y se fueron; segundo, yo tampoco me acerqué.
Ese día pensé ¿porqué no pasó un periodista? Que tomara nota de los acontecimientos, no para hacer escarnio del dolor de esa mujer, sino para que luego de informarnos del asunto pusiera en nuestras mentes la duda sana de si estamos realmente caminando en pos de mejorar nuestras vidas y la de nuestras familias, o si vivimos una monotonía sorda de juntar plata, comer, hacer el amor y dormir hasta perder nuestra tranquilidad emocional por falta de plata, comida, sexo, o simplemente de sueño.
Una duda existencial que hiciera detener nuestra frenética seguidilla de cosas urgentes para preguntarnos si realmente tenemos un fin valioso y sagrado para nuestra vida, el que cada día construyamos y que, a su vez, nos haga disfrutar: nuestro trabajo, la sonrisa de nuestros hijos, el acariciar a nuestra pareja, etc.,
Sí, ya sé que muy pocos leerían una noticia así. Cuando compramos el diario local vamos directo a los titulares trágicos, anuncios políticos, el horóscopo, el resultado del kino y, tal vez, una foto de algún conocido y pare de contar.
Pero, como decía al principio a mí me crió la tele y a veces deliro con cosas extrañas, en vez de ocuparme de asuntos más serios como mi pega, comer, procastinar y dormir...
el goma ilustrado

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