pesadilla recurrentes, como lugares comunes en películas de bajo presupuesto

"A quienes me preguntan la razón de mis viajes les contesto que sé bien de qué huyo pero ignoro lo que busco."
Moliere



Cuando despiertas con una pesadilla que se disuelve entre el triunfo y la derrota preasumida, sabes que algo de verdad no anda muy bien en tu inconciente. el goma ilustrado


Tal vez para algún estudioso de los sesos ajenos sea sano soñar porque sublimas las tensiones cotidianas con una fantasía escapista y, tal vez, las pesadillas sólo sean resultado de un atracón de comida antes de dormir o, como decía mi abuelita, por dormirse con las manos en el pecho... Por si algún onirólogo lee este blog, que haga luz sobre tan trascendente cuestión.

Lo peor de mis sueños es que siempre las mujeres que consigo no son las mismas de la realidad. ¿A nadie se le habrá ocurrido inventar una maquinita que condicione a las personas con que soñamos a hacer realidad nuestros antojos durante el sueño?.

Eso de soñar con mujeres que en la realidad son "minas" demasiado pasadas a rollo es frustrante, pero así es la vida de los que nos dejamos llevar por un poto bonito y le conferimos el don de lo maravilloso. Así terminamos, o mejor dicho, termino, como dice mi amiga siendo un tipo al que "le ligan las locas"

Y nosotros, los machitos, vamos por la vida tratando de conseguir una modelo de ropa interior por pareja, que tenga trazas de ninfómana pero que no haya tenido amantes antes que nosotros, que sea una pequeña esclava del aseo y la cocina, que quede estupenda después de cada parto y que además nos ame hasta el delirio. Bueno, queridos amiguitos, eso pasa sólo en los sueños. Para mayor abundamiento léase "La ausencia de Anita"



Dejándose de chistes, esto de "la mujer de nuestra vida" da para escribir hartos libros, lo ha dado desde que el mundo es mundo y lo seguirá dando. Tanto por nuestra fantasía libidinosa y calentita, como por nuestra capacidad de enamorarnos y escribir kilómetros de apasionadas líneas a nuestro objeto de pasión.

Sobre ello se han sentado algunas máximas que me parece bueno comentar:

"Hombres necios que acusais..." (demasiado ecléctica)

"la belleza está en el ojo del que mira" (total y absolutamente de acuerdo)

"los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus" (imbricado pero cierto)

"ninguna mujer se casaría con su secretaria porque tiene buenas piernas" (contundente don Isidoro Loy)

"las mujeres pierden la virginidad cuando quieren, los hombres cuando podemos" (frase del mismo señor anterior, que en mi opinión debería estar en la biblia porque es una verdad irredargüible)

"no hay amor más sincero que el amor a la comida" (es de un almanaque de los años sesenta pero no ha perdido validez)

"muy a menudo los idealistas terminamos con amores tortuosos y los pragmáticos, con una mujer -igual que su mamá-" (el goma ilustrado)

SE RECIBEN APORTES

el goma ilustrado

Comentarios

Anónimo dijo…
La amante.

Cuando nuestra historia termino te supuse una amante
y comencé a borrar tus huellas de mi cuerpo,
tus miradas en las arrugas de mi ropa,
tu respiración en mi costado.


No pretendí olvidarte,
pero oculte lo concreto de tu recuerdo,
tus aromas,
el olor de cada uno de tus perfumes,
el recuerdo de tu aliento en mi oído,
las comidas que te gustaban,
los lugares que recorrías ...



Te hice abstracta,
como una cuestión cierta, pero ajena.
Me apropie de tu lado de la cama,
robe tu almohada,
colgué mi ropa en tu lado del closet
y poco a poco me fui sintiendo dueño de mi vida
de esa mitad que te pertenecía
del reflejo del espejo,
del libro a medio terminar que quedó encima de un mueble,
de la botella de whisky que hasta hoy quedó abierta en la licorera,
de las comidas congeladas,
en fin de mi espacio...

Te supuse una amante,
una historia secreta,
por eso jugué a encontrarte por casualidad en el café,
a equivocar las horas en que ver a los niños,
a mandarlos siempre con algo para mamá,
a chocar contigo en el centro,
a llamarte desde un teléfono que no pudieras conocer,
a amistarme con tus amigos,
a circular por la mitad del mundo que siempre desdeñé,
a ofrecerme -sólo por cuestiones prácticas- a irte a buscar,
a acercar accidentalmente mi beso de saludo,
a alargar la despedida,
a aceptar cada taza de té que me ofrecieras
... así clandestinamente formaste parte de mi vida ...

Secretamente eras mi amante,
nadie sabía de lo nuestro,
nadie podía saberlo.
Tal vez por eso no te enteraste,
quizá por ello me olvidaste...

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