casi 48 (versión 2) o el peso de mis palabras

Bueno, es definitivo;

El peso de mis palabras me demuestra siempre que cualquier destino que piense como fatalidad puede hacerse real.

Hoy, lo que sería celebración se volvió una película de terror. Mientras preparaba el almuerzo, un error de cálculo hizo explotar la olla a presión conmigo al lado. El estallido, la nube de vapor amarillo y el ardor en la piel me hicieron gritar de dolor. Al salir mi cara estaba cubierta de comida caliente. Luego descubrí el alcance de la explosión.



En fin, de tanto quejarme de mi vida, la sentí desvanecerse.

Es hora de dejar de mirar lo que no tengo y contar mis monedas.

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