rota está la fragua y huyen los orfebres, en carbones y martillos

Con toda la calentura reprimida se fundieron los crisoles
y el semen ardiente va quemando las calles a su paso.
Un amasijo de jolgorios y orgasmos no consumados
van arrasando el pavor de los infieles.

Corre sin sentido, derritiendo huesos y conciencia.
Avanza, inunda, perfora y contamina de premuras trasnochadas cada pedazo de entraña.
La isla volcánica volverá a ser fértil algún día.
Está muy reciente el evento piroplástico para saber cuando se enfriará el alma.

La contaminación de la conciencia llegó a niveles fuera de control
que no tienen parangón en los escritos del recuerdo.

Todo se derrite y el ardor es la única sensación que sobrevive...

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